La etapa invisible del duelo migratorio: cuando no extrañas, pero tampoco encajas

Ya no lloras por tu país, pero tampoco te sientes parte del nuevo. Si sientes que tu vida está 'en pausa', no estás roto. Estás en la fase más importante del duelo migratorio.

La etapa invisible del duelo migratorio: cuando no extrañas, pero tampoco encajas
Here, now, Canada

Hay una etapa del duelo migratorio de la que casi nadie habla.

No es la tristeza desgarradora de la partida. No es la euforia nerviosa de la llegada.

Es el silencio que viene después.

Es ese sentimiento extraño que no puedes nombrar, un limbo emocional. Ya no lloras por tu país, pero tampoco celebras con fuegos artificiales estar aquí.

Bienvenido a la "fase neutral" del duelo migratorio.

¿Cómo se siente?

Se siente como que tu vida está "en pausa". Se siente como vivir en piloto automático.

Vas a la fiesta del Día de Canadá, pero no sientes que sea tu fiesta. Escuchas el himno de tu país y ya no te duele, pero tampoco te emociona como antes.

Es la duda constante. La pregunta silenciosa: "¿Hice bien en venir?" "¿Debería avanzar aquí o planear el regreso?"

Quiero que sepas algo fundamental si estás aquí:

Esta fase no es un error. No estás fallando en adaptarte. No estás roto.

Tu cerebro y tu alma están haciendo el trabajo más pesado de todos: la reconstrucción interna.

Estás desarmando tu identidad antigua para construir una nueva que incluya ambos mundos.

Y eso, socio, no se hace en un día. Se hace en el silencio de esa pausa. Es la calma antes de la verdadera integración.

No tienes que atravesar ese limbo solo.

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Hecho en Canadá con propósito, por Eder Góngora Gómez.