La mente también se cansa de ser fuerte

Sonríes en público, pero te vacías en privado. Si te cuesta disfrutar las cosas buenas, no es cansancio físico, es emocional. 10 formas reales de recargar tu energía.

La mente también se cansa de ser fuerte
Look in the mirror

Ser migrante es sinónimo de ser fuerte.

Nadie te lo pide directamente, pero el rol te lo exige. Ser fuerte en el trabajo. Fuerte para la familia que dejaste. Fuerte para la que construyes aquí.

Pero la fortaleza emocional no es un recurso infinito. Se gasta.

Hay cansancio físico (se cura durmiendo). Hay cansancio mental (se cura terminando un proyecto).

Y luego está el más profundo, el más difícil de reconocer: el cansancio emocional.


El Síntoma: cuando el piloto automático se agota

¿Cómo se siente? Se siente así:

Haces todo lo correcto, cumples con todo, pero nada se siente suficiente.

Te cuesta disfrutar las cosas buenas, incluso un logro o un día soleado.

Todo te irrita. El tráfico, una pregunta simple, hasta el silencio.

Sonríes en público, pero te vacías en privado.

Ese cansancio no se resuelve "descansando un fin de semana". Es un cansancio del alma.

Es tu mente diciendo: "Ya no puedo sostenerlo todo yo solo."


10 Soluciones: El Kit de Primeros Auxilios para tu Mente

El autocuidado no es un lujo; es tu kit de primeros auxilios. No tienes que hacerlos todos. Escoge uno para hoy.

1. Nómbralo en voz alta Di: “Estoy emocionalmente cansado”. Ponerle nombre le quita poder y lo hace real.

2. Muévete sin meta Camina 15 minutos solo para sentir el aire. Sin podcast, sin llamada. Solo tú y el sonido de tus pasos.

3. Di un "No" pequeño Hoy, di "no" a una cosa que no quieres hacer. Un favor, una reunión que puede esperar. Recupera un pedazo de tu control.

4. Conecta con lo simple Toca una planta. Mira 5 minutos el cielo. Saca los pies descalzos al pasto (si el clima lo permite). Rompe la rutina digital.

5. Come con memoria Cocina ese plato de tu país que te reconforta. No por hambre, por conexión. El sabor es una forma de autocuidado.

6. Llora si lo necesitas Las lágrimas no son debilidad, son un desahogo fisiológico. Liberan el estrés acumulado. Es limpiar el sistema.

7. Micro-dosis de alegría Cómprate el café caro. Escucha esa canción que te hacía feliz a los 18. Busca activamente pequeños "sí" a la vida.

8. Detox de noticias Por 24 horas, no leas noticias. Ni de aquí, ni de tu país. Tu mente necesita un cese al fuego. Protege tu paz.

9. Respira con intención Tres veces al día, para y haz 5 respiraciones profundas. Inhala por la nariz (4 seg), sostén (4 seg), exhala por la boca (6 seg). Oxigena tu sistema nervioso.

10. Desahógate con propósito El autocuidado más importante es hacerte acompañar. Habla con alguien. No para quejarte, sino para ser escuchado.


No tienes que ser fuerte todo el tiempo.

Si necesitas hablar con alguien que entiende el peso de la experiencia migratoria, busca una fuente confiable, hasta que te fortalezcas y seas tu mejor socio, el que está en el espejo.

Hecho en Canadá con propósito, por Eder Góngora Gómez.