“Papá, ¿por qué no hablas inglés?”: la batalla silenciosa de los Ramírez en Canadá!
En Canadá abundan las historias de éxito, pero también existen cicatrices silenciosas. La más dolorosa: cuando el idioma no solo separa en la calle, sino también en la mesa familiar.
1. El dolor que nadie cuenta
En Canadá abundan las historias de éxito, pero también existen cicatrices silenciosas.
La más dolorosa: cuando el idioma no solo separa en la calle, sino también en la mesa familiar.
Hace ya muchos años conocí a los Ramírez cuando trabajaba como case manager en Ontario Works. Eran recién llegados, llenos de esperanza, pero golpeados por un inglés que apenas entendían.
“Sentirse extranjero en la propia casa es el dolor más grande de un inmigrante.”
2. La ilusión y la ruptura
Andrés y Marta llegaron con sus hijos adolescentes, Juliana y Mateo, desde Villanvicencio. Vendieron todo para darles un futuro mejor.
Pero en menos de un año, las risas y los chistes de sus hijos eran en inglés. Y los padres quedaban fuera de la conversación.
Una tarde, Juliana soltó la frase que partió a la familia:
“Why don’t you just speak English like normal people?”
Ese día, Andrés decidió que nunca más sería un invitado en su propia casa.
3. El giro de los padres
Lo que hicieron después fue inspirador.
- Clases nocturnas de ESL en una iglesia local.
- Videos de YouTube en la cocina, practicando mientras Marta doblaba ropa.
- Audios en el bus camino a la construcción para Andrés.
Un año después, todo había cambiado. Andrés fue ascendido a supervisor en la obra. Marta abrió un servicio de catering bilingüe, contratando a otras mujeres inmigrantes.
4. El orgullo recuperado
Un domingo en la mesa familiar, Mateo preguntó sorprendido:
“Dad, how did you learn to say that so well?”
Y Andrés respondió con calma, en un inglés claro:
“Because I worked harder than anyone else.”
Ese día, los hijos dejaron de ver a padres “limitados por el idioma”.
Ese día vieron a líderes.
5. La lección para todos los inmigrantes
El idioma puede dividir, pero también puede unir.
Aprender inglés no es solo un requisito laboral: es recuperar respeto en casa, sanar heridas y abrir oportunidades que parecían imposibles.
6. Estrategias prácticas para ti
Si hoy sientes que el inglés te está robando autoridad frente a tus hijos, toma nota:
- Decisión firme → deja de justificarte y empieza a practicar.
- Apoyo comunitario → busca clases de ESL gratuitas en iglesias o bibliotecas.
- Aprendizaje aplicado → usa frases que realmente necesitas en tu día a día.
- Mentalidad resiliente → cada error es un paso, no una derrota.
- Aliados estratégicos → rodéate de mentores que entiendan tu proceso como inmigrante.
Una enseñanza
La historia de los Ramírez me recuerda algo:
Ningún padre vino a Canadá a perder autoridad en su propia casa.
Vinieron a ganar respeto, a construir dignidad y a abrir puertas para sus hijos.
Y eso empieza por atreverse a aprender lo que duele: el idioma.